El primer año de vida del ser humano es crucial en cuanto al desarrollo de sus capacidades motoras, cognitivas e intelectuales. Es entonces cuando se comienzan a establecer las bases de lo que será su árbol neuronal de adulto. Cualquier anomalía en esta etapa puede manifestarse posteriormente como un retraso en la maduración, déficits en las destrezas básicas como la coordinación, la propiocepción, el lenguaje, la capacidad de relacionarse…
Anomalías comunes que pueden presentar los niñ@s son la displasia de cadera, malas posturas de los pies, tortícolis, problemas para dormir, problemas digestivos frecuentes, inquietud, movimientos anómalos, desviaciones de columna… Además, pueden aparecer retrasos en la consecución de ciertos hitos tan importantes como el gateo, la marcha, las destrezas manuales…
Contar con este tipo de evaluación puede ayudar a tu pequeñ@ a evitar problemas mayores, desviaciones de las extremidades o de la columna, problemas a niveles motrices y cognitivos, entre otras muchas cosas.
En definitiva, se os ofrece la posibilidad de conocer el nivel de desarrollo evolutivo de vuestro pequeñ@ y sus capacidades y/o limitaciones. Además, os asesoraremos para que podáis ayudarle a solventar ciertas anomalías o retrasos en el desarrollo con ejercicios y recomendaciones para casa. En el caso de que fuese necesario, se os explicaría el planteamiento terapéutico que se llevaría a cabo.
Desde su nacimiento hasta los 10 años aproximadamente y durante toda la etapa de crecimiento.
Lo ideal es que acompañéis los dos a vuestro chiquitín en todo el proceso.
Ayudamos a tu peque a sentir el orden y el equilibrio desde el primer minuto de vida.
Seguimos su evolución y os acompañamos durante su crecimiento e infancia.
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