Nuestro bebé va a ir experimentando un cambio importante de forma y movimientos en el primer año de vida. Tenemos que ser conscientes que tanto dentro del útero como en el primer año, su cerebro crece a un ritmo vertiginoso… Se crean miles de neuronas y de conexiones sinápticas por minuto, y se establecen las bases de la persona que será en un futuro. Por eso es fundamental que nuestros hijos vayan evolucionando lo más “naturalmente” posible, de acuerdo a su propia naturaleza intrínseca. Y digo naturalmente porque en el mundo en que vivimos, nuestros peques van paseados en carritos y tienen miles de artilugios en casa que llaman muchísimo la atención (tanto juguetes, tronas, andadores, móviles, tablets, babytv… ) Siempre os digo que son un lienzo en blanco, “bob esponjas”, una semilla con todo el potencial del ser humano que puede llegar a ser. Sus cerebros crecen con miles de estímulos (muchos más que si naciera hace 50 años o en una tribu actual de la selva amazónica) y no digo que esto sea malo, pero sí que están sometidos a una hiperestimulación y a unos niveles de estrés impresionantes desde su nacimiento. Cada bebé nace con un umbral de estimulación y es nuestro trabajo como papás y mamás escuchar y comprender a ese bebé que nos pide calma cuando ya no necesita más estímulos. Por supuesto además el bebé necesita ser amado y respetado, y es un signo de respeto y amor no someterlo conscientemente a una sobrecarga física ni emocional. Es nuestra labor crear un entorno adaptativo en el que pueda gestionar el estrés de la mejor forma posible para que pueda crecer intelectualmente y psicológicamente sin bloquearse. Porque el estrés es necesario, y en pequeñas dosis hace que se desarrolle mejor nuestro el cerebro, pero sin su homónimo y no menos importante, la relajación, nuestro cerebro se colapsa y se bloquea dejando de aprender y no atendiendo a estímulos, además de crear un desorden emocional importante. Por eso siempre os repito que después de la tormenta siempre llega la calma, que cada día tiene sus momentos de tensión pero que también tiene que tenerlos de relajación. Practicar mindfulness, un buen apego y realizar masaje a nuestro bebé en el primer año de vida puede ayudar a regular el umbral de estimulación y le enseña a autogestionar una respuesta adaptativa a la vida que van a ser sometidos. Es una vacuna contra el estrés espectacular que mejorará su vida adulta. Su cerebro crecerá en condiciones de equilibrio y bienestar.
Por otra parte, siempre os digo que la mejor forma de dejar que un bebé se desarrolle es dejarlo que explore, que juegue, que experimente, que disfrute sin miedo…. dejarlo en una alfombrita en el suelo y que se embobe y entretenga con lo que quiera, que no lo pongáis de pie hasta que su cuerpo no lo vaya haciendo por sí solo. Al principio serán sus manos, luego sus pies, luego los objetos del alrededor, luego los chupará, los tirará y se reirá de ello… Es totalmente necesario que haga esto. Es normal que no gatee si siempre se pone de pie, es obvio, se ve mucho mejor el mundo de pie que mirando al suelo. No se pone de pie con 4 meses porque sea muy adelantado ni muy listo, se pone porque nosotros apoyamos las plantas de sus pies en el suelo o en nuestras manos y automáticamente notamos que enderezan todo su cuerpo hacia arriba (es un reflejo, no lo hacen voluntariamente). Sus caderas, sus piernas y su columna no están preparadas aún y pueden surgir problemas en un futuro, su cerebro necesita pasar por todos los niveles de evolución motriz para desarrollarse en todo su potencial. El movimiento es la base de la intelectualidad, ellos conocen y exploran el mundo a través del movimiento. No les quites este privilegio por favor.
La evolución del cerebro del bebé
Cada parte del cerebro realiza una determinada función. La postura y los movimientos que nuestro bebé adquiere en una determinada etapa hacen que se cree un importante desarrollo de las diferentes estructuras.
El neurocientífico Paul McLean postuló la teoría de los tres cerebros.
CEREBRO REPTILIANO formado por ganglios basales, tronco del encéfalo y cerebelo. Responsables del mantenimiento de las funciones necesarias para la supervivencia inmediata. En teoría se encarga de que aparezcan conductas simples e impulsivas, instintivas. Esta teoría está algo desfasada porque hoy en día sabemos que los ganglios basales no tienen que ver con la ejecución de acciones programadas genéticamente, sino que están asociados a la realización de movimientos voluntarios que después de haber sido muy practicados, se han vuelto automáticos.
CEREBRO LÍMBICO o MAMÍFERO Asociado a las emociones. Su utilidad tiene que ver con el aprendizaje. Nos hace ir conociendo y transformando nuestro mundo según nuestro punto de vista emocional.
NEOCÓRTEX Es la sede de la racionalidad en nuestro sistema nervioso, ya que nos permite la aparición del pensamiento sistemático y lógico,
Hoy día la neurociencia afirma que no importa tanto la función que realizan las partes del cerebro por sí solas como el modo en el que se conectan entre sí para trabajar en conjunto y en tiempo real. Por eso es tan importante el movimiento, porque entre otras cosas lo va a ir conectando con el mundo que le rodea, lo va a ir “desapegando” de sus progenitores y haciéndole independiente, va a hacer que experimente diferentes emociones y sensaciones, en definitiva, el movimiento favorecerá en gran medida que se cree esta maravillosa red de conexiones entre todas las partes de nuestro cerebro.
Estos serían los diferentes niveles de evolución motriz
Curiosamente nuestro bebé pasa de posturas de “reptación”, a posturas de gateo (como la mayoría de los mamíferos) y luego tiende a sentarse y levantarse hasta adoptar la bipedestación. Éstos serían los «pasos» por los que suele pasar el bebé para moverse. El tiempo en que lo haga dependerá de cada bebé y no hay que agobiarse ni preocuparse, cada niño tiene su propio ritmo. Tu pediatra o los profesionales sanitarios que atiendan al pequeño van observando sus características y te dirán los signos de alerta en el caso de que los haya.
Su columna vertebral se irá adaptando progresivamente a estos cambios de posición.
Cuando nacen su columna no tiene tres curvas fisiológicas, tiene solo una. De ahí que se recomiende que cuando se portean o se cojan se pongan en forma de C (columna) y sus piernas en forma de M con las caderas más bajas que las rodillas.
Esas curvas propias de la bipedestación del ser humano se irán desarrollando con el movimiento y la exploración del bebé, y con el desarrollo de las diferentes partes de su cerebro.
Como veis, todo en la naturaleza ocurre a su propio ritmo y con su propia sincronicidad, y es de vital importancia para el desarrollo de nuestros bebés que esto se cumpla. Espero que os haya servido de ayuda. Estamos aquí para ayudaros y atenderos en lo que necesitéis. Un abrazo.
María Bascón Logroño
Fisioterapeuta colegiada ICPFA 3903